Tal vez en algún momento haya mencionado que parte de mi trabajo en el equipo de comunicación en lo que vamos a llamar «empresa de generación energética X» es generar (duh!) contenido sobre los temas que maneja la empresa. Hablamos de temas de sector energético, responsabilidad social, ambiente, etc. y claro, artículos de opinión a favor de las hidroeléctricas…

Este hasta ahora es uno de mis favoritos, y fue escrito en base a un artículo de la periodista Shelmar Vásquez, titulado «Los 25 países más ecológicos» (La Prensa, 25 de agosto de 2008).

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RECURSOS NATURALES

¿Panamá la verde?
Susana Marina Lezcano
opinion@prensa.com 

De los 75 mil 517 km2 que comprenden la República de Panamá, un 35% pertenece a áreas protegidas. Tenemos en nuestro territorio la sede del Smithsonian Tropical Research Institute, meca para científicos y punto de referencia para la investigación de la flora y fauna tropical. Somos el segundo país con mayor densidad de vida natural por kilómetro cuadrado. Y aun así apenas llegamos al escalafón No. 32 entre los 146 países que fueron evaluados por la Universidad de Yale en cuanto a su rendimiento a favor de la naturaleza.

Mientras tanto nuestros vecinos, Costa Rica y Colombia, ocupan los puestos cinco y nueve, respectivamente, dentro de este conteo. Esta información apunta no solo a la abundancia de áreas verdes o diversidad biológica, sino a temas relacionados con regulaciones para el uso de químicos y emisiones a la atmósfera, así como el buen uso de sus recursos naturales.

Un dato importante que arroja este estudio es el hecho de que los países dentro de los 10 primeros lugares se apoyan fuertemente en el recurso hídrico para su generación energética, con un promedio de 57% de su energía producto de hidroeléctricas.

Según datos presentados durante el Primer Simposio de Energía del Sindicato de Industriales de Panamá, celebrado el pasado octubre, Costa Rica distribuye su generación de energía entre fuentes térmicas, eólicas e hidráulicas, diversificando de una manera óptima su matriz energética.

Teniendo miles de kilómetros de ríos caudalosos en nuestro territorio -solamente el río Changuinola recorre 100 kms. desde la cordillera de Talamanca, hasta su desembocadura en el Atlántico-, Panamá produce escasamente el 50% de su energía a base de generación hidroeléctrica, mientras que Costa Rica, país constantemente comparado con el nuestro por su riqueza natural, genera aproximadamente el 90% de su energía a base de agua.

Organizaciones ambientalistas alegan que la construcción de embalses para el uso de hidroeléctricas pone en peligro los ecosistemas y el estilo de vida de las comunidades circundantes a estas obras. Sin embargo, al utilizar fuentes de generación hidroeléctrica, los países garantizan la protección de las cuencas de sus ríos y la vida silvestre que en él habita, al tiempo que se crean mejoras en obras de infraestructura y acceso a servicios básicos de salud y educación.

Es casi un pecado que contando con semejante recurso propio, abundante y naturalmente accesible, en este país demostremos oposición frente a la construcción de proyectos hidroeléctricos y apostemos por fuentes de energía que son vulnerables a las fluctuaciones de precio, generan emisiones nocivas al ambiente, y que por consecuencia provocan perjuicios en el costo y la calidad de vida de todos.